Es El Burgo de Ebro un joven municipio nacido a principios del siglo XIX como consecuencia de la supresión de los señoríos jurisdiccionales por las Cortes de Cádiz, pues hasta entonces había dependido del Concejo de Zaragoza.

Desde entonces inició un camino que, en los últimos años, le ha conducido, con esfuerzo, a un desarrollo equilibrado y armónico que pretende integrar su origen de núcleo agrícola y ribereño, su historia  y sus tradiciones con una pujante industrialización que  llena su futuro de  expectativas de crecimiento demográfico y  desarrollo económico.

Ya cuenta en la actualidad con casi 2.500 habitantes y de ser un municipio dedicado tradicionalmente a la agricultura de regadío ha pasado a reorientar su actividad principal hacia los sectores industrial y terciario, con dos pujantes polígonos industriales ya consolidados (“La Noria-Vadillo” y “El Espartal”), y otros que se hallan en avanzada fase de implantación (“El Espartal II” por citar uno sólo de ellos). A ello ha contribuido decisivamente la política municipal de atracción de industria y la instalación de su término municipal de grandes empresas como SAICA o ICT.

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Sin embargo también los burgoleses se han empeñado en conservar sus raices. Ahí están los trabajos de recuperación del dance, las excavaciones arqueológicas en el relevante yacimiento de La Cabañeta, los trabajos de investigación etnográfica y musical, la colocación del monumento al labrador de ribera, la implicación en la Reserva Natural de Los Galachos de La Alfranca, Pastriz y El Burgo de Ebro. Pero no por ello se ha perdido de vista la necesaria implantación de los servicios que permiten una moderna calidad de vida. Los burgoleses han llevado a cabo la renovación de todos los servicios básicos (especialmente el referido al ciclo del agua),  renovado los servicios y equipamientos culturales (Educación de Adultos, Nuevo Colegio Público, Centro Cultural, Sala de Exposiciones,…), y ampliado los sociales (Centro Social de la Tercera Edad, Servicio de Ayuda a Domicilio, etc.).

Son muy trascendentes los retos que en los próximos años deberá superar este municipio. El incremento de población y de suelo residencial, así como la continuación  del proceso de industrialización, unidos a la mejora de las comunicaciones (desdoblamiento de la CN-232, variante desdoblada y autopista de peaje con puente sobre el Ebro) así hacen preverlo, pero la experiencia acumulada seguro de permitirá que la expansión sea afrontada con las garantías necesarias. El Burgo de Ebro seguirá siendo un magnífico lugar donde vivir.